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Dos fallecidos y cinco infectados en Brasil: los agravantes de salud y la vulnerabilidad de los pueblos indígenas para enfrentar la pandemia

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Preocupa que el coronavirus llegue a las comunidades ancestrales y se traduzca en potenciales exterminaciones de estos pueblos.

Las autoridades sanitarias brasileñas ya han anunciado cinco casos de indígenas que han dado positivo en coronavirus, además de otros dos fallecidos. El primer positivo entre los pueblos ancestrales de Brasil fue el de una integrante de la etnia Kokama que tiene 20 años y trabaja como auxiliar de salud indígena en la Amazonia. La sanitaria fue testada después de que el doctor con el que ella trabaja diese positivo en coronavirus unos días antes. Esta situación ha llevado a colocar en observación a una veintena depersonas de comunidades Kokama, así como a algunas comunidades Tikuna que habían sido atendidas por estos sanitarios en las últimas semanas. Si bien los test de la mayoría de estas personas han dado negativo, otros tres Kokama también han dado positivo.

Junto con estos cuatro contagiados, que están en observación pero sin síntomas graves, la alarma por el covid-19 llega también a las comunidades Yanomami, habitantes de una parte de selva fronteriza con la Guayana Francesa. Se trata de un adolescente de 15 años que está internado con síndrome respiratorio agudo en el Hospital General del estado de Roraima, ciudad de Buena Vista. Hasta ahora todos los casos están en los ciudades y no hay confirmación de contagiados aislados dentro de las aldeas indígenas. No obstante, los contagios en estas dos etnias inciden sobre el principal riesgo de propagación del virus en el seno de los pueblos originarios: el contacto con las personas exteriores a la comunidad. Entre los casos detectados en personas indígenas también figuran los de dos fallecidos: un integrante de la etnia Mura y una señora del pueblo Borari, que fue velada y enterrada por sus parientes sin saber que portaba el coronavirus, lo que representa un posible foco de contagio.

Medidas sanitarias urgentes para proteger a los pueblos originarios

Si bien las autoridades sanitarias indígenas, a través de la Secretaría Especial de Salud Indígena (SESAI), decretaron el aislamiento total de las poblaciones ancestrales para evitar la propagación del virus dentro de sus aldeas, existían dos vectores de riesgo: la llegada de los médicos y auxiliares provenientes de otras ciudades o comunidades indígenas, así como el aumento de la entrada de invasores ilegales en las tierras de estos pueblos aprovechando la disminución de la vigilancia debido a la cuarentena.

La atención sanitaria en las aldeas indígenas es, a pesar de arriesgada, un derecho más que esencial en este momento de pandemia para poder brindar una atención de salud mínima a estas poblaciones sin que tengan que desplazarse. Por este motivo, la SESAI, que depende del Ministerio de la Salud, ha anunciado nuevas medidas en su protocolo de acción. Entre ellas destaca la determinación de que cada equipo de salud permanezca un mes entero en cada aldea visitada, en lugar de dos semanas, y de que los profesionales guarden 15 días de cuarentena en una ciudad antes de realizar la visita a la aldea indígena siguiente. Además, la Secretaría ha informado de que se distribuirán test rápidos de covid-19 para aplicar a todos los sanitarios, indígenas en desplazamiento o con síntomas sospechosos de coronavirus. Una entrega que los profesionales de salud esperan ansiosos, debido a su extremada urgencia para poder realmente evitar que si alguna persona esté contagiada siga circulando por la comunidad.

Además, la SESAI elaboró un Protocolo de Contingencia para salud indígena que incluye principios como la «adaptación de los protocolos clínicos a la vulnerabilidad sociocultural» de los pueblos originarios, la garantía de una información clara y comprensible para el paciente indígena, así como el derecho a tener un acompañante o intérprete que hable su lengua materna, además de la prioridad para miembros de pueblos ancestrales recientemente contactados, entre otras medidas. No obstante, «algunos líderes indígenas han señalado la polémica falta de medios para que los equipos multidisciplinares de salud indígena puedan colocar en práctica estas recomendaciones«, declara Simone Eloy, miembro de la etnia Terena, antropóloga con experiencia en salud indígena y asesora de Política Indigenista en la Cámara de los Diputados de Brasilia. Eloy subraya que ante las reclamaciones de las comunidades, el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) junto con el Frente Indígena presentaron un proyecto de ley con nuevas propuestas urgentes para auxiliar la atención sanitaria indígena.

Indígenas Mura en una área deforestada del estado Amazonas, 20 de agosto de 2019.Ueslei Marcelino / Reuters

«La infraestructura de salud de las aldeas es, en muchos casos, insuficiente para atender las necesidades de la población, lo que dificulta la correcta atención de los enfermemos (…). En este momento de pandemia, el acceso a los servicios de los hospitales y a terapia intensiva es decisivo para la reducción de la mortalidad, y esos servicios son particularmente deficitarios en las regiones Norte, Centro Oeste y Nordeste (de Brasil), donde se concentra un 80% de la población indígena del país», revela el texto del proyecto de ley presentado el 30 de marzo y que todavía aguarda para ser votado. La propuesta, además, subraya que hay una mayor prevalencia de agravantes de salud entre la población indígena, como desnutrición y anemia, muy frecuentes entre las niñas y niños, así como enfermedades infecciosas, como la malaria, tuberculosis o la hepatitis B, y otras dolencias como hipertensión, diabetes, obesidad o trastornos renales. Por este motivo, el movimiento político Frente Indígena y el PSOL insisten que «el Estado Brasileño debe considerar a los pueblos indígenas como un grupo de vulnerabilidad y ser priorizado en las acciones de control del covid-19».

Eloy, que participa de la propuesta, afirma estar inquieta frente a la incerteza de cómo la epidemia se manifestará en los pueblos indígenas. «Estos agravantes hacen que las personas indígenas sean más vulnerables», declara esta líder de la etnia Terena que guarda cuarentena en Brasilia, mientras que sus hijos están con su madre en la aldea indígena de la Tierra Taunay/Ipegue, estado de Mato Grosso do Sul. Las fronteras de las aldeas están cerradas, tanto para entrada y salida –excepto en caso de urgencia médica–, por decisión de los líderes indígenas junto con los equipos de salud indígena, y siguiendo la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la SESAI. «Cuando todo esto pase podré ir a ver a mis familiares con salud y vivos, porque todo cuidado es poco contra este virus», añade esta representante Terena.

Apelo a los gobernadores frente a la ausencia del Gobierno

Desde el día 20 de marzo, la APIB está solicitando –sin obtener respuesta– que el Gobierno de Bolsonaro tome medidas para proteger a los pueblos indigenas. «La negligencia del Gobierno de Bolsonaro frente a la actual crisis, que afecta a centenas de países, ha hecho que los esfuerzos de la APIB se concentren ahora en buscar apoyos con los gobierno estatales», anunció este 7 de abril la Asociación, que subraya la preocupación de que la pandemia de coronavirus llegue a las poblaciones indígenas y se traduzca en potenciales exterminaciones de estos pueblos.

Los grupos indígenas no contactados, extremamente vulnerables al coronavirus

Los gobernadores de los estados son quienes han tomado la batuta sobre la determinación de un protocolo de acción para intentar frenar una curva de contagios en vertiginosa ascendencia, que ya acumula 15.927 casos confirmados de covid-19 y 800 fallecidos en todo Brasil. No obstante, Bolsonaro continúa desacreditando las medidas tomadas por estos políticos, entre las que figuran el cierre de comercios –excepto los de primera necesidad– y el confinamiento en casa para evitar la propagación de la pandemia, siguiendo las recomendaciones de la OMS. El presidente afirmó ayer en su quinto discurso televisado sobre la crisis el coronavirus que las medidas de contingencia decretadas en los estados son de «responsabilidad exclusiva» de los gobernadores. Además, añadió tener certeza de que la mayoría de la población quiere volver a trabajar, aunque de acuerdo con los resultados de las investigaciones Datafolha, el 76 % de los encuestados afirma preferir quedarse en casa.

Luna Gámez

@LunaGamp RT

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