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La contracción económica tiene rostros en Paraguay

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Las dificultades econó­micas son una realidad que ha cambiado costum­bres, actividades, vidas, familias. Los caminos de cada quien pueden a diario ser distintos, en aparien­cia, cada quien corre a dis­tintas direcciones, pero procurando un mismo ob­jetivo, el bien propio y de su familia.

Deborah Fiorio

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La encuesta realizada por la consultora CCR bien lo refleja. Este año, el 40% de las familias tuvo que cam­biar sus hábitos de consu­mo, sobre todo por la con­tracción económica que experimenta el país. En términos sencillos, 4 de cada 10 familias tuvieron que ajustar los cinturones ante un nuevo y poco aus­picioso panorama.

El trayecto es tan con­fuso y acelerado que en el afán de buscar lo mejor no se es capaz de ver que mu­chos a nuestro alrededor se encuentran luchando por lo mismo. Perder el trabajo, dejar atrás los lu­jos, recortar gastos, ajus­tarse a los ingresos en un panorama al que a diario alcanza a más personas.

DÍA A DÍA

La familia Ayala Peña inicia sus tareas tempra­no cada día, alistando a sus hijas para ir a la es­cuela en época escolar y aun en vacaciones con los primeros rayos despier­tan en el mismo horario para charlar un poco en­tre unos mates antes de empezar con sus labores.

Óscar y Claudia nos re­cibieron en su hogar para compartir de su día a día, y comentarnos cómo ha­cen para sobrellevar la actual crisis sin que la misma los afecte más de lo debido.

“La crisis se siente y mu­cho, cuando hay menos entrada sufre la familia, este año tuvimos una prueba bastante fuer­te en nuestra economía. En cuanto a la escuela de las chicas, tuvimos que hacer malabarismo para que no faltara nada, y en cuanto al gasto en la casa también, muchas cosas tuvimos que dejar de lado para poder solventar los gastos”, comenzó con­tándonos Claudia.

AJUSTES

Algunos de los ajustes para disminuir los gastos nos decía que es incluso el comer menos y ver la for­ma de generar dinero”, yo me dedico a hacer comida, y si algo no se vendía bien, veía la forma de preparar otra cosa, de vender algo más, lavar ropa ajena, ver la forma de salvar los gas­tos diarios, mi confianza está puesta en Dios, si no fuera por él no estaríamos aquí”, explicó la mujer.

Nos dijeron, además, que con menos de 100 mil una familia ya no come hoy en día –siguió diciendo–. “Es lo mínimo que necesitas sólo para comida, dejando de lado otras cosas tam­bién básicas, como jabón o el papel de baño, etc. Y si ese 100 mil no haces tra­bajar, mañana no comes, subió mucho el precio de la canasta básica, antes por ejemplo una familia podía comer bien por 20 ó 30 mil guaraníes, ahora ya no”.

SOBREVIVIR

Aseguraron que se siente mucho la diferencia, ya que, por ejemplo, en otros años a esta altura podían ahorrar un poco más, les sobraba eso que gastaban para el recreo, “pero hay días que hay ganancia, pero hay días que no y así lo que ganaste ayer gas­tas todo hoy, cuando no vendes muchos, terminas equiparando nomás, se come, se sobrevive”, se­ñaló.

Óscar es un hombre tra­bajador, de pocas palabras, pero que de igual manera compartió su experiencia, en la cual nos señaló que él se dedica a la reparación de embragues y frenos de manera independiente, así la cantidad de trabajos que ingresa a diario no es constante ni mucha.

Años atrás tuvieron que desprenderse de su vehí­culo. “Cuando nació una de nuestras hijas, ella tenía problemas de sa­lud, así que nos vimos en la necesidad de vender el auto, por que el hospital no cubría nada”, contó Óscar.

RECOMENDACIÓN

Aun ante la situación di­fícil, no bajan los brazos, siguen trabajando y es­forzándose por sobresalir y ofrecer a su familia lo mejor. Como una reflexión recomendó desde su ex­periencia, Óscar no dijo: “Algo que a nosotros nos mantiene para no caer en la desesperación es que no nos endeudamos, no reti­ramos nada a crédito, todo tratamos de comprar al contado, entonces no te­nemos esa presión a fin de mes y tenés que pagar esto o aquello, eso nos ayuda bastante, esa es la reco­mendación que yo siempre doy, que es la de no meter­se en deudas”, finalizó.

DECIR NO A MUCHAS COSAS

El matrimonio, junto con sus 5 hijas (3 de ellas en etapa escolar), tuvo que dejar de lado cosas, como el festejo de los cumpleaños. “Ni siquiera podemos comprar un regalo, no hablamos de hacer una fiesta, por lo menos un regalo en ese día no lo podemos hacer”, comentó Claudia, entre lágrimas

5DIAS

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