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Se cumplen 90 años de la primera heroica defensa del Fortín Nanawa

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Aproximadamente 2500 paraguayos defendieron el fortín ante casi el triple de bolivianos en aquél árido Chaco como territorio en disputa. El combate quedó inmortalizado para la eternidad con la canción de Emiliano R. Fernández, “13 Tuyuti”, en donde declara orgulloso que pertenece al regimiento 13, la heroica 5.ª división, resaltando la valentía de los compatriotas en la defensa del Chaco.

Era el primer intento del ejército de Bolivia por capturar el estratégico fortín Nanawa, que le abriría las posibilidades de avanzar hacia el norte (Arce-Isla Poí) o, como tal, avanzar hacia el este para salir al río Paraguay a la altura de la ciudad de Concepción ubicada sobre la margen oriental de aquel río.

En resumidas cuentas, la estrategia del general mercenario alemán Hans Kundt, quien se encontraba en filas del ejército boliviano, se basaba en la utilización masiva de hombres y recursos que bastaría para hacer retroceder al ejército enemigo. 

La guarnición paraguaya que defendía Nanawa era la 5.ª División más refuerzos, al mando del teniente coronel Luis Irrazábal que había llegado recientemente desde Bélgica con su curso de perfeccionamiento. Esta fuerza de ±3000 hombres estaba integrada por los regimientos: “13 Tuyutí”, RI-7 “24 de mayo”, RC-4 “Acã-Carayá”, RC-5 “Acã-Verá”, un escuadrón divisionario y una batería de cañones Krupp.

La preparación de una red de posiciones defensivas y de vías de comunicación internas frente al «Abra de Nanawa» y en las «islas» al norte y al sur del fortín, transformaron a Nanawa en un poderoso reducto fortificado con trincheras, alambrados de púas, nidos de ametralladoras y morteros protegidos por quebracho, ubicados en los bordes del bosque frente a un despejado campo de tiro.

El clima chaqueño jugó un papel fundamental en la batalla, ya que la actuación de la aviación boliviana no fue efectiva por el mal tiempo y la densidad de los montes existentes en la zona lo que impedía detectar las posiciones enemigas. Mientras tanto en tierra, los bolivianos eligieron el ataque frontal masivo como maniobra. Los montes chaqueños, debido a las largas distancias, la falta de agua y recursos para sobrevivir, se prestaban más a las acciones de poca importancia, cercos de puntos fortificados para aislarlos logísticamente, guerrilla, “golpes de mano” o sorpresivos y cuatreraje o “limpieza”. 

Esto sumado a la premura por iniciar un ataque sin haber concentrado totalmente las fuerzas y recursos, cuando el periodo de lluvias ya había comenzado, afectando más al equipo que ataca que al que se defiende.

El resultado de esta primera batalla dejo en el bando paraguayo unos 108 muertos y 140 heridos, cifras que palidecen frente a las bajas de la contraparte boliviana: más de 2500, entre muertos y heridos.

Esta primera fase de la Batalla de Nanawa trajo como consecuencias la grave derrota al enemigo y el fracaso del Gral. Kundt; se aseguró la vida normal de la importante zona ganadera del Centro del Chaco, y se elevó enormemente la moral del Ejército Paraguayo y todo el pueblo, dándole esperanzas en la victoria final.

Amambay Digital

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